#55: ¡Ay! ¡Ay! ¡La nueva sangre política del Huila! ¡Ay! ¡Ay!

Me ha sorprendido el constante debate que ha suscitado el escenario político, social y económico del Huila en los últimos días. Entiendo que hay unos delfines políticos ahí, que (por inventarme par frasecitas mañidas) “encarnan la nueva punta de lanza de la política y el desarrollo de nuestro Departamento”, o “son la nueva sangre y esperanza del crecimiento en nuestra tierra”; maricadas retóricas de esas que a mí, como todos saben, me saben a calzón con pega.

Bien, ¿no? Normal, todo bien; la gente puede pensar y decir y debatir lo que le dé la puta gana. La Constitución se los permite.

Pero veo que son hartos los que hacen eso. Entonces, uno ve estatus en Facebook que dicen una cosa, y la otra, y que “viejos lagartos (políticos) que se han comido el Departamento a pedazos”; y que este o el otro muchacho entonces son algo así como nuevos salvadores, con ideas nuevas, con mejores iniciativas, con toda la energía de la juventud. Bien, bien, bacano eso.

Pero yo, mis queridos lectores, les pregunto una vaina (y con permisito ¿no?): ¿Quién, de todos los políticos que en cada periodo de elecciones se han presentado como “el salvador del pueblo”, “mano firme corazón grande”, “por una Colombia en paz”, entre muchos otros, nos ha sacado de la mierda? Hombre, no sé; nómbrenme el primero.

Me parece que la gente no se da cuenta de una vaina. Y es que, cada 4 años aparece un hijue’ puta diciendo que va a arreglar lo que todos los hijue’ putas anteriores a él no pudieron. Y ese mismo se bajará de su despacho y así mismo vendrá otro que dirá lo mismo. No sé; uno que encarne “la nueva sangre de la política”, el nuevo “mártir del pueblo”, el “verdadero caudillo”, o no sé qué putadas, para que luego venga otro prometiendo arreglar lo que ese malparido tampoco pudo.

Y entonces la gente cada 4 años (o cualquier periodo electoral de cualquier instancia) dice, casi religiosamente: “este sí nos va a sacar de la mierda”, “este sí va a acabar con la guerrilla”; “este si va a acabar con tanto hijue’ puta corrupto”. Y así desde 1886. ¿Me explico mis queridos?

Entonces, la moraleja es que no se desgasten, no debatan, no se den en la jeta en el Diario del Huila o La Nación ni se casen en causas políticas porque, eso, simplemente, no funciona. La política es una basura, es una mierda. Todos los que se meten a grupos políticos juveniles, se suben a una curul o se aplastan en un cargo político lo hacen pa’ (y ahí sí cito el estatus que vi en Facebook hace unos días) “comerse el Departamento (o país) a pedazos”. Todos esos hijue’ putas. Todos. Jóvenes o viejos.

Todos ellos saben que el país no se va a arreglar, sencillamente porque desde 1886 y tras 58 presidentes, nada se ha arreglado. Entonces, lo que hacen es, con conocimiento de causa de esta situación, meterse a la política pa’ robarse la plata, hacer chancuco, robar, sacar tajada, cagarse en el erario, y darle paso al otro hijue’ puta que viene a prometer y a robarse lo mismo. ¡Y esa "nueva sangre política del Huila" no es más que un hijue' puta bachillerato del delito!

Y la gente, nosotros, colombianos del común, les regalamos la esperanza en votos esperando que ellos nos arreglen esta mierda, y así llevamos 200 o 300 años llevao’s del mismísimo hijue’ puta. ¿No creen ustedes que la política funciona más bien así?

Y sí. Bien. Habrá el que se mete en ese cuento con las mejores intenciones; pero es que la política es una maquinaria destructora de lo público y de lo humano; si ese que gana no quiere robar o hacer chancuco, le toca porque el de arriba y el de abajo y el de al lado lo hacen, y el fulano termina metiéndose su retórica orto arriba y siendo un piñón más de esa estructura delincuencial elegida democráticamente, que es la política.

Bueno, ya me despido. Ya por fin saben por qué no me gusta esa mierda; no voto, no leo propuestas de políticos, me asquean los debates, los afiches, las propagandas y toda mierda que tenga que ver con eso. Como dijo sabiamente un amigo bloggero en una de mis entradas: “el mundo es un mar de mierda el que hay que cruzar nadando, y el que no sabe nadar, ha de pasar tragando”.