Primer semestre
de 2001. Salimos a rumbiar Leonardo Rodríguez, el gordo (hermano de Leonardo) y
su novia Mimi, Cachalotico y yo. El sitio se llamaba Punta Sur, y quedaba en la
82; era uno de esos sitios barra-libre donde uno pagaba 10.000 pesos y a la cuarta
copa salía vuelto mierda.
Estábamos parados
en un corredor, bailando como unos glandes y jartando el whisky picho que sólo
dan en esos antros. El sitio estaba tan lleno que la presión de un pedo podía
sacar volando a cualquiera por la ventana.
Cachalotico
entonces dijo “voy al baño a mear, no me demoro”.
Me quedé con los
Rodríguez y con Mimi ahí jartando mientras el otro hacía su diligencia.
Esperamos como 15 minutos y el marica de Cachalotico no llegaba. “Oiga, ¿y
Cacha qué?”, preguntó el gordo. “Marica, se fue a mear ya hace rato y nada que
llega”, dijo Leo.
Nosotros espérelo
y espérelo.
Como 20 minutos
pasaron y el marica no llegaba.
En esas le dije a
Leo: “marica, a este güevón le pasó algo”. Todos nos miramos con cara maluca.
“¿Será que está ya afuera?”, pregunté yo. Y Leo y el gordo dijeron:
“marica, pues salgamos a ver”.
Nos dimos la
vuelta y arrancamos la travesía hacia la puerta cuando yo sentí que alguien se
me colgaba por detrás con fuerza. “¿Pero qué vergas?”, pensé. Giré y era
Cachalotico, ebrio, y en una especie de shock nervioso, sollozando:
“¡¡¡¡¡MARICA!!!!! ¡¡¡¡MARICA!!!! ¡¡¡¡ME COGIERON LAS GÜEVAS!!!! ¡¡¡¡ME COGIERON
LAS GÜEVAS!!!!”.
Sin detener el
paso hacía la salida y entre ese ruido rompe-tímpano de los bafles, le dije:
“marica, íbamos pa’ afuera pensando que usté se había ido; camine más bien y
afuera me cuenta bien”. El man, colgado de mi hombro mientras todos en fila
nos apretábamos hacia la salida, seguía berriando hecho un espeluzne: “¡¡¡¡ES
QUE YO SOY MUY HOMBRE!!!! ¡¡¡¡Y A MÍ NADIE ME COGE LAS GÜEVAS!!!! ¡¡¡¡JUE’
PUTA!!!! ¡¡¡¡JUE’PUTA!!!!”.
Salimos del
chuzo, y cuando ya todos pudimos hablar y la vaina, los Rodríguez preguntaron: “marica,
Cacha, ¿dónde estaba? Lo esperamos un huevo ¿qué le pasó?”. El huevón no podía
controlarse: “¡¡¡¡MARICA!!!! ¡¡¡¡ME COGIERON LAS GÜEVAS!!!! ¡¡¡¡UN HIJUE’ PUTA
ME COGIÓ LAS GÜEVAS!!!!”.
Y pues,
efectivamente, como nos narró Cachalotico ahí a la salida del sitio, un hijo de
puta aberrado le cogió el paquetico de camino al baño. Nosotros tratábamos de
calmarlo: “marica, Cacha, cálmese; cuando uno sale a rumbiar uno se expone a
eso; ya estamos aquí afuera, fresco, ya camine más bien”.
Y si bien no
habíamos acabado el “ya camine más bien”, Cacha levanta la cabeza y desde el
andén donde estábamos, identifica al agresor: “¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ESE CALVO HIJUE’ PUTA
FUE!!!!!!!!!!!!”, gritó, mientras me tiraba a mí su saco y se le mandaba en
patadón volador al sospechoso, que salía apenas por la escalera del bar.
Cachalote le
conecta la patada al calvo ese en la chaqueta, y el man reacciona mandándolo de
un empujón pa’ la mismísima mierda. Los Rodríguez reaccionan y se le mandan al
calvo ese y, mi apreciado lector, se arma la chúpame’l recto más hijo de puta
que yo haya visto en la Zona Rosa: Leonardo y el gordo Rodríguez contra el
calvo y doce hijue’ putas más (sí, doce!!!) en toda la mitad de la kra 13.
Yo, simplemente,
no lo podía creer.
De hecho, me hallaba
parado como un prepucio a unos 4 metros de la chumazera tan jijue’ puta, con el
saco de Cachalotico en la mano y gritando como una parga: “¡¡¡¡LEO!!!!
¡¡¡¡GORDO!!!! ¡¡¡¡MARICA, CAMINEN, JUE’ PUTA!!!! ¡¡¡¡NO MÁS MARICA, LOS VAN A
JODER!!!!
Los maricas qué
me iban a escuchar.
A Leo lo arrastró
del pelo un malparido mientras otros cuatro le daban pata en las costillas,
como quien coge a puntapiés un saco de arena. Yo dije: “lo reventaron por dentro”. Cuando el agresor lo soltó,
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡LEONARDO SE PARÓ COMO SI LE HUBIERAN HECHO COSQUILLAS CON UNAS
CHANCLAS!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡Y LUEGO LE CONTECTÓ ZIPOTE ÑOCO AL MAN, MANDÁNDOLO A
LA MIERDA!!!!!!!
Los mandaban a
pata al suelo, y volvían y se paraban; mandaban a dos a la mierda y mientras
les caían a ñocazos, tenían tiempo de meterle cuatro patadas a otros tres. Los
halaban de la camisa, los arrastraban, luego se paraban y les metían
combinaciones de 3 puños a los maleantes… Uy, qué gonorrea, en serio. Ironman y
WarMachine haciendo una ensalada.
Mientras el
caldoe’ pata continuaba y yo gritaba de impotencia pa’ que estos maricas se
zafaran de la reyerta, algo se me hizo extraño: en la chumazera yo no veía a
Cachalote. “¿Y este pelotudo qué se hizo?”, me pregunté yo.
E inspeccionando
los alrededores de la cuadra, detecto un par de piernas saliendo de un Wrangler
rojo que estaba parqueado a unos metros detrás mío: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡PUES ERA EL
MARICÓN ESTE, ESCONDIDO DEBAJO DEL CARRO!!!!!!!!!!!
Yo me agacho y le
pregunto: “¡¡¡¡¡¡MARICA!!!!! ¡¡¡¡¡¡USTÉ QUÉ PUTAS HACE AHÍ METIDO!!!!!!!”;
¡¡¡¡¡¡¡¡Y EL MAN NO ME CONTESTA UN CULO Y EMPRENDE LA HUIDA DE ATLANTIS PA’
ABAJO!!!!!!!
En esas, la
asonada se disipa. Los Rodríguez terminaron vueltos mierda, con las caras
reventadas, las camisas todas rotas, las manos hinchadas de disparar puño.
Cogimos un taxi pa’ la casa y el gordo me pregunta: “¿y Cachalote?”. “Marica,
estaba debajo de un carro y cuando lo pillé salió corriendo”. “Mucho hijue’
puta en la que nos metió”, dijo Leo. Y como entre amigos no hay rencores, al
otro día, en la tarde, me llaman los tres maricas a decirme: “¡¡¡¡Ole
marica!!!! ¡¡¡¡Caiga acá onde los Rodríguez que estamos jartando guaro desde
hace rato!!!!”.
Allá les caí y
recuerdo verles las caras, todos vueltos mierda. Era lo más normal después de
darse ellos dos contra 13 rufianes. Pero lo que más me sorprende es que no
terminaran en una clínica en coma después de semejante linchada. Ironman y WarMachine ¿qué más puedo decir?
hayyyy que épica historia!!!
ResponderEliminarcielo santoooo...cargado de hipérboles y de tu característica imaginación... lo bueno es que recreada y contada se lee tan chevere...en serio estos super heroes quedaron cortos...LOS RODRIGUEZ Se oyen como una leyenda!!!!jejejeje...
es mas los estandarizaste a traves de esta historia...y a cachalotico o cachalote...porq no se definio cual era...quedo como gallina!!!