Yo nací en Bogotá y llegué al “Valle de las Tristezas” (como llamaron los conquistadores españoles al Huila) a los 6 años. Allá me crié, me desvirgué, me emborraché por primera vez, y tuve una vida muy feliz llena de historias consignadas casi todas en este blog.
Y también conocí a los opitas. Gente para
mí, en ese entonces, de otro planeta. Y hoy, acercándose el San Pedro (Fiesta
Regional muy conocida) quiero agregar algunos detalles al pintoresco perfil que
tienen los opitas, que hasta ahora tienen fama internacional de flojos.
Pues la verdad es que el opita no solo es
flojo. Es más desatento que un hijue’ puta. Si usted es cuadripléjico y se le
cae un esfero enfrente de un opita ¿qué putas espera pa' pararse y recogerlo
usted mismo?
Recuerdo una vez estar trabajando en el
negocio de mis cuchos unas vacaciones, y estar desenvolviendo un rollo de malla
en la calle para cortarles 9 metros a dos opitas. Engorilado y hecho un puto 8
con un decámetro en una mano y unas tijeras en la otra, el rollo se me devolvió
unas 4 veces mientras este par de malparidos me miraban la jeta. A la 5ta vez
les dije: “señor (gran hijue’ puta), qué pena ¿usted no ve que el (puto) rollo
se me devuelve? ¿Usted podría tenérmelo por favor (gonorrea desatento) para
poderlo desenrollar?”.
Ahí de pie, el soplavergas volvió de la
muerte y me dijo: “ah, sí… claro amijtá”.
Además de flojo, el huilense promedio es
muy líchigo (tacaño). Allá también cada rato llegan: “buenaaj, ¿a cómo la
docena de puntillaj cuñao?”. “A trescientos pesos”. “Uy noooo juuummm… Venga,
¿no me la deja en doscientoooj?”. Qué hijue' puta hambre Dios mío... Y
tranquilos; pídanme más ejemplos.
Y pa’ recordarles lo dormidos que son, les
tengo esta.
Fui a cine al C.C. San Pedro Plaza una
vez, y había una horda la hijue’ puta de opitas esperando a que la puerta del
ascensor del primer piso se abriera; todos hablando mierda con su acento en
copla.
El tiempo pasaba, el ascensor nada que
llegaba y yo dije: “¿pero qué mierdas pasa?”. Entonces, con algo de
putería, me empujé entre la gleva de huilenses y llegué a la puerta del
ascensor, para descubrir lo más absolutamente insólito: ¡¡¡¡ningún hijue’ puta
de estos, ahí parado como un pene durante 30 minutos, había espichado el
botón!!!! ¡¡¡¡¡El ascensor había estado todo el puto rato ahí en el primer
piso!!!!! Eh ave María…
Pero no solo son desatentos, líchigos y
dormidos, sino también confianzudos.
Allá en mi casa paterna las amigas más
opitas de mi mamá ¡¡¡¡se entran a la casa cuando la puta puerta está sin
seguro, y suben hasta el segundo piso y todo!!!! “Jeciliaaa, Jeeeciiii, camine
pa’ misaaa”, dicen todas subiendo por la escalera, ¡y mi madrecita tiene 3
segundos pa’ ponerse la ropa si es que está en bola! ¡Qué putada hombre!
Su jerga es bien pintoresca. El opita no dice
que “hubo una estrellada” o “choque”, sino “un estrello”… ¡perdón!: “ejtrello”.
Nunca dicen que fulanita se embarazó sino que “je enfermó”. Entonces: “ole, ¿je
acuerda de Beyineth la cuñada de Faiber? Cómo le parece que je enfermó…”. “¿Y
cuánto tiene de enferma?”. “Nooo, como trej meseeej”. “¡Ay Buen Primor!” (O
sea, “pobrecita”).
Pero la más desconcertante de sus
expresiones, es la de los vasos. Los opitas a los vasos les dicen “cristales”,
y cuando el vaso es de aluminio o plástico (allá sí que les encantan esos
hijue’ putas), dicen “cristalej de aluminio” o “cristalej de plájtico”. ¿Ah?
¡¡¡¡Figúrense esa mierda!!!! ¡¡¡¡Es que ni en Pasto hacen esa maricada!!!!
A las tajadas de plátano maduro les dicen
“fritaj” (fritas), a las chanclas les dicen “quimbaj” (quimbas), no conocen los
putos semáforos ni el Pare, y el nombre más común para el adulto joven es
“Faiber”.
Y antes de que me piquen a machete en el
Estanco de la 7ma y vendan mis sobraos como asado huilense este San Pedro que
se avecina, les digo que todos mis amigos huilenses saben de tantas o más
“opitadas” que yo, y les vale mierda; se burlan, se ríen, se divierten hablando
de todas estas maricadas.
Porque de hecho tienen un rasgo muy
particular y amable: saben reírse de sí mismos, se aceptan tal y como son, y
son la gente más fresca del mundo. A lo mejor dirán: “noooo ¿yo emputarme por
eso? ¡Juuummm! ¡Ejo ej mucha molestia!”.
¡Así que un saludo a mis paisanos! ¡Y que
viva la tierritajuuumm!
...gonorrea...se tiró el artículo con tanta puta grosería...buen primoroooor....!
ResponderEliminar