#39: ¡Saliendo con una Muñeca de la Mafia!

Junio de 2010. Una amiga de la oficina me presentó una paisita espectacular, una deliciosura de pelada. Yo caí redondito. La vaina fue rápida, intensa y duró poco; nunca me imaginaría cómo las cosas terminarían.

La conocí una noche de viernes en un bar de la Zona T de Bogotá. Mi amiga salió con un man pa’ hacer las dos parejas, y después de parchar un buen rato, yo terminé con la paisita en otro bar con mis amigos.  Canuto me dijo: “¿pero qué es esa ricura de nena con la que usté está?”.

Pasaron los cocteles y nos rumbiamos. El siguiente lunes, mi amiga me dijo: “¡Vero me contó todo! ¡La dejaste matada!”. Pero me dijo esto: “yo a vos te quiero, pero cógela suave con ella”.

Empecé a salir con la nena fuertemente, y la verdad que era difícil “cogerla suave”. Estaba una delicia.

Y sí señores que una noche entre semana salimos a echar pola. Estábamos ya prendiditos, tipo media noche, cuando a la pelada le entró una llamada: “es Simón, mi amigo de México que quiere que nos veamos en estos días”, dijo. Ella hablaba de lugares, de horas, que listo, que de una.

A eso de las 3 AM la llevé a la casa. Nos parqueamos enfrente de su edificio a rumbiarnos y a manosearnos un ratico.

Y en ese preciso instante, y de la fatuta penumbra de la madrugada, veo de reojo que se me arrima un carro. Tan pronto me volteo para ver, el carro arranca a toda mierda. Era una Cherokee plateada.   

La nena me dice: “ese es mi amigo Alfonso que le da por venir a estas horas a sacarme a rumbiar. Tiene huevo”. A mí no me gustó pero pa’ ni mierda eso. “Ven, ¿sabés qué? Ya es tarde, me voy a subir ya”, dijo ella. “Bueno, dale, hablamos mañana”, le dije.

La nena se entró al edificio, pero lo más sospechoso era que la camioneta se había parqueado a media cuadra adelante, con el motor y las luces prendidas. “Este gran hijue’ puta es el tal Simón que la está esperando”, me dije.

Yo prendí el carro y con las luces apagadas, hice un giro en U entre andenes pa’ quedar con la trompa pa’l otro lado. El hijue’ puta siguió ahí. Esperé como 5 minutos mirando por el retrovisor, a ver en qué momento el man se movía o la paisa bajaba. La vaina estaba retensa: el man, ella y yo esperando que cualquiera de los tres hiciera algo.

De repente, la camioneta se mueve y hace también el giro en U y veo que se me viene encima a toda mierda con las luces altas, bufando ese motor como un hijue’ puta. ¿Quién dijo arranquen? En semejante purgada prendí el carro a toda mierda y cojí esa calle como a 120 pa’ salir a la 134. En esas, la paisa me marca: “precioso ¿ya llegaste a la casa?”. “Sí, muñeca, ya llegué”, le dije haciéndome el marica.

Al otro día la nena me llamó 100 veces a meterme el dedo culo arriba: que era Alfonso, luego que era Sandra que venía a dejarle una plancha pa’l pelo. Malparida perra… yo no le dije ni mierda excepto una pequeña cosa: “mira marica, no me interesa en la más mínima mierda terminar embalsamado en una zanja por salir con una muñeca de la mafia. Suerte”.

2 comentarios:

  1. Uyyyy severa prepago la hembra viejo Cris. Tipica paisa cuquicaliente...

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  2. jajajajaajajajajajaja embalsamao en una zanja jajajajaajajaja

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Gracias por opinar, pero no como en El Tiempo.com: