#32: Croquis de una follada.

Llevé a una novia a la universidad para que dejara unos trabajos. Su familia tenía tres carros, y siempre nos prestaban el más paila: un Fiat Uno modelo 97, más dañao que coger un cachorro a puntapiés.

En ese nos fuimos. La facultad quedaba en la parte más empinada de la universidad, casi en la Avenida Circunvalar, y la única zona de parqueadero quedaba en el otro extremo, abajo, desde donde tendríamos que subir a pie todas esas cuadras empinadas hasta llegar al edificio. “Paola, marica, parquiemos arriba y más bien te espero entre el carro pa’ ahorrarnos la patoneada”, le dije.

Así fue. La nena entró y bajó luego como a la hora y media. “Marica, Paola, ¿qué fue la demora?”. “Amor, me tocó sustentar y había resto de gente”, dijo. Pa’ acabarla de cagar, nos tocaba escampar ahí parqueados el pico y placa.

El tiempo pasaba, nosotros hablábamos mierda. Faltaba como una hora y a mí, con mi cabeza retorcida, se me ocurrió una cosita: “oye, ¿por qué no nos echamos un polvito aquí entre el carro mientras nos vamos?”. Ella lo pensó. “Acá nos ven”. “Nooo, dale, dale, no pasa nada”.

Y pues ahí parqueados, en una de las cuadras más putamente empinadas de Bogotá y enfrente de la universidad, nos bajamos los pantalones y “le pegamos al sabor” en la silla de atrás de ese carro. Chupadas, lamidas, que cógeme así, que ponme asá, que hazme aquí.

Sin embargo usted, mi apreciado lector, no se imagina la mierda tan putamente absurda que estaba a punto de suceder.

En plena arremetida pélvica la nena pegó un grito: “¡¡¡JUE’PUTA!!! ¡¡¡JUE’ PUTA CRISTIAN!!! ¡¡¡ESTO SE ESTÁ MOVIENDO!!!”. Pues claro ¿ en qué crees que estamos?, le dije. NOOO MARICA, ¡¡¡MIRAAAA!!!. Yo me enderecé para mirar por la ventana, y dándome cuenta de lo que en realidad sucedía, grité como un absoluto marica: ¡¡¡PAOLAAAA!!! ¡¡¡GRAN HIJUE’ PUTA!!! ¡¡¡NOS ESTAMOS ES RODANDO!!!”.

Y sí señores, que con el movimiento de severo porno-carnaval, este hijo de las millones de putas de carro se había desengranado y empezó a rodarse cuadra abajo con los dos atrás completamente amarrados entre tangas, bóxers, medias, tenis y hasta pa’l putas.

“¡¡¡¡QUÍTATE MARICA!!!! ¡¡¡¡QUÍTATE!!!!”, grité yo mientras me pasaba p’adelante con los hijue’ putas jeans hasta las rodillas y pelándole el culo a cual transeúnte pasaba por ahí. “¡¡¡¡FRÉNALOOO JUE’ PUTA!!!! ¡¡¡¡FRÉNALOOO!!!!”, gritaba la china, empujándome del culo. 

Yo halé del freno de mano hasta con la mismísima polla pero la almojábana esa no se detenía: “¡¡¡¡MARICAAAA!!!! ¡¡¡¡CUIDADOOO CUIDADOOOO!!!!” gritó la chica. MARICAAAAA, grité yo. “¡¡¡¡CRAAAACCCKKK!!!!”: el carro, finalmente, terminó montado en el andén opuesto, 10 metros más abajo, y yo terminé con la gran puta cabeza en los pedales.

Ya con la ropa acomodada, nos bajamos; el bómper, el babero y las anti-niebla, quedaron vueltos mierda. “¡¡¡¡Y AHORA QUÉ LE VAMOS A DECIR A MÍ MAMÁ!!!!”, sollozaba Paola. “Marica… déjame yo miro a ver qué nos inventamos”. La gente se acercaba: “¿les pasó algo?”. “No señora, tranquila… (Nos estábamos pegando zipote culiada entre el carro y este hijue’ puta se rodó, no más)”.

El caso es que prendimos esa guanábana y nos fuimos a una ferretería a comprar pegantes, cintas, masillas y hasta mierda pa’ maquillar la cagada. Cuando llegamos donde mis suegros, yo les dije que nos habíamos quedado sin frenos y nos habíamos subido a un andén. Ellos, preocupados, no dijeron nada y todo lo contrario: vendieron semejante corcho y a la nena le compraron un Peugeot nuevecito. Cuando se lo entregaron, le dije: “yo sí soy muy buen polvo ¿no?.

2 comentarios:

  1. Jajajajaja tú eres un cuento preciosoo!!!!

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  2. Fer, cariño... Nosotros con lo nuestro, tenemos pa' más de un blog, por no decir que ésto, quedaría como la Hoja Parroquial ¡ te quiero 32!

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Gracias por opinar, pero no como en El Tiempo.com: