Mi
madre me llevó a la Ciudad de Hierro; ese remedo de atracción mecánica
hecha de zorras desguazadas. A mí me encantaba esa mierda. Que el Tren
Fantasma, que los Carros Chocones, y la Barca Pirata.
A un amigo y a mí nos tocó en la punta, atrás, en
la “proa”: la última hija de puta banca, y en un extremo. A esa hilera no le
cabía una aguja parada y todos esos chinos gritaban de regocijo de saber que la
vaina esa iba a arrancar. Ni se imaginan lo que se les vendría ¡jajajaja!
Entonces la marica barca arrancó. Las primeras
mecidas, así, riquitas. Luego, el hijo de puta operario empezó a darle
chancleta en forma, y la marica barca empezó a mecerse de lo lindo.
“¡Aaaaahhhh! ¡Aaaaahhhh!” empezó a gritar toda esa gentuza (yo incluido). La
vaina se impulsaba más, y más, y esa mierda sentía uno que se iba a dar la
vuelta.
Yo volteo a la derecha a ver las caras de pánico
de la gente, y encuentro que todos, en mi banca, se están parando. Yo dije:
“qué bárbaros estos hijos de puta, ¿no les bastará que esta mierda se va es a
girar?”.
Con esa barca a full swing, la gente no solo se
está parando sino que empieza a empujarse hacia mi lado. Yo empecé a gritar:
“¡jue’ puta! ¡Me están espichando! ¿Me van a sacar de la barca o qué?”. Mi
amiguito me decía: “¡marica! ¡Hágase campo que están empujando!”. “¿Pa’ onde
putas me corro?”, grité yo. Luego, la gente de la mitad, casi de pie, empieza a
gritar como una puta loca: “¡PAREN ESTA MIERDAAAA! ¡PAREEEEN! ¡JUE’ PUTAAAA! ¡PAREEEENN
ESTA MIERDAAAA!”.
Yo no entendía un culo. El operario tampoco. El man pensaba que todos estos maricas estaban era cagados de la alegría, entonces más pedal le daba a esa marica máquina. “¡PAREN ESTA MIERDAAAA! ¡PAREEEEN! ¡JUE’ PUTAAAA! ¡PAREEEENN ESTA MIERDAAAA!”, gritaba la gente con más escándalo.
Yo no entendía un culo. El operario tampoco. El man pensaba que todos estos maricas estaban era cagados de la alegría, entonces más pedal le daba a esa marica máquina. “¡PAREN ESTA MIERDAAAA! ¡PAREEEEN! ¡JUE’ PUTAAAA! ¡PAREEEENN ESTA MIERDAAAA!”, gritaba la gente con más escándalo.
Entonces, yo volteé a mirar el banco, y observé,
señores, lo impensable: un peladito, que estaba en todo el centro de la banca,
se había cagado. Pero no era una deposición sólida, pastosa, perfecta para un
coprológico, sino parecía que se hubiera meado por el culo. Impresionante. La
banca estaba tan chorreada que eso era como ver una fotografía satelital del
Delta del Nilo: ríos, y ríos de mierda. Ya había como tres untados. Me uní al
escándalo: “¡PAREN ESTA MIERDAAAA! ¡PAAAAAREEEEN! ¡JUE’ PUTAAAA! ¡PAAAREEEN
ESTA MIERDAAAA!”.
El man de la máquina no recapacitó sino hasta un
buen rato.
Cuando por fin le dio la puta gana de parar,
levantaron los seguros y eso salimos en estampida todos los de esa banca; los
de la mitad, untados. “¡Ese hijue’ puta chino está churriento!”, gritó un tipo.
El niño lloraba, todavía en la banca, completamente cagado.
La mamá se subió a la barca
por él y lo sacó. Hasta ahí nos llegó la montada a todos. Unos se emputaron, la
emprendieron contra la mamá, otros contra el niño, otros contra el gerente. Esa
vez, por poquito y pruebo la mierda de otro (clic aquí).
LA EXPERIENCIA MECÁNICA MAS NEGRA DE LA VIDA!!!
ResponderEliminarWashhhh asquerosaaaaa!!! Uno espera vómitos y cosas así pero uhiiii creo q ese niño comió tanta mazorca a la entrada de la cuidad de yerro!!! ..... Jejejejeje ..:. Q se le aflojo la pasta!!! Citiko.... Y lo inesperado.... Su temor y su adrenalina se desfogaron por donde menos lo esperaba!!!!! Uyyyy tremendoooo