Era una noche de camping en la represa de Betania. Era como el 2002.
Me fui con Yucumá y el Gringo, dos amigos de mi banda de la época. Para ese
viaje les dije a estos soplavergas: “marica, esta vez no voy a llevar la carpa…
esa hijue’puta es muy grande y nosotros cargando con eso es una gonorrea”. Y
era cierto: mi papá tenía una carpa de 9 personas con tubos, cabuyas, telas,
sobrecarpa y hasta pa’l putas, y ya estábamos mamados de cargar con eso cada
vez que íbamos.
El Gringo me dijo: “marica, yo tengo una pero es pa’ dos personas
no más”. Entonces le dije: “hágale, llévela; yo llevo la hamaca y me quedo en
la hamaca más bien”.
Llegamos a la isla como a medio día, amarramos la lancha, nos
instalamos. El paisaje estaba del putas: pescando, jodiendo, nadando. A veces pasaban pescadores a hacerle conversa a uno. Unos vivían más arriba, y tenían gallinas y chimbadas.
Entonces, después de mariquiar todo el día, llegó la noche.
Entonces, después de mariquiar todo el día, llegó la noche.
Hicimos la fogata, el Gringo armó su carpa que apenas parecía un
hijue’puta pañuelo. Yo, dándomelas del Capax, el Tarzán de Betania, les dije:
“jajajaja, maricones, ustedes no tienen NI IDEA de lo que es dormir en hamaca,
eso se llama descansar”.
Nos pusimos a hablar del diablo, de satanás, de maricadas... El Gringo escuchaba ese metal pútrido ultrasatánico, y nos poníamos a mariquiar gritando: "¡¡¡¡TE INVOCAMOS SATANÁS!!!! ¡¡¡¡¡TE INVOCAMOS!!!!". Ninguno era satánico... Más bien, éramos unos carevergas pendejiando en el monte.
Y después de parchar en la fogata, a eso de las 11 de la noche, Yucumá dijo: “marica, echémonos ya a dormir”. “Hágale”, dije yo, todo contento y sintiéndome un hijue’puta poeta porque iba a dormir sintiendo la brisa, al lado de la fogata, viendo las estrellas.
Y después de parchar en la fogata, a eso de las 11 de la noche, Yucumá dijo: “marica, echémonos ya a dormir”. “Hágale”, dije yo, todo contento y sintiéndome un hijue’puta poeta porque iba a dormir sintiendo la brisa, al lado de la fogata, viendo las estrellas.
Y entonces, instalado en mi lecho de dormir, con un radio de pilas
escuchando Caracol, mientras este par roncaban entre esa carpita, la súper
acampada se me empezó a descomponer…
Una brisita fría, filuda, así como agripada, empezó a soplar en la
isla. El agua de la laguna pegaba duro contra las piedras de la orilla. En la
fogata quedaba apenas un solo leño ardiendo y la llama bailaba de un lao’ pa’l
otro como queriéndose echar a dormir también. Yo miré el reloj: “gran hijue’puta, las 12”…
Y entonces, un corrientazo de miedo me empezó por el escroto hasta
el cuero cabelludo. Yo apagué el radio, miré para atrás, y no se veía un
setenta hijue’puta culo. PURO MONTE, OSCURO. Yo empecé a pensar: “NO, JUE’PUTA…
quien me manda a quedarme como un completo GLANDE afuera en una hamaca”.
Y entonces empezaron los rayos, los truenos; la brisa que pegaba
contra las cabuyas de la hamaca zumbaba como un hijue’puta espanto. “¡Argh! ¡Gran
hijue’puta!”, me dije.
Como tenía mi bolso de pesca como almohada, lo abrí y saqué el
cuchillo. La fogata se había apagado hacía rato esa hijue’puta… Este par de
maricas literalmente bufaban entre esa carpa, profundos. Entonces empecé a
pensar: “pero cómo vergas no se le ocurre a usté, Cristian, traer la carpa…
disque quedarse en una hijue’puta hamaca, en esta oscuridad TAN hijue’puta,
afuera, afuera como una marica”.
La brisa se hacía cada vez más más helada, más maluca. Yo miré el
cielo y ya parecía témpera negra ese hijue’puta. Solo lo iluminaban los rayos
ultrasatánicos del fondo, a lo lejos, hacia el muro de contención de la laguna.
Las nubes se veían tan pesadas que era casi aplastante. Yo miraba cada cuanto
hacia atrás con la linterna, y veía ese monte NEGRO, OSCURO detrás de mí.
Quieto. Las ramas se frotaban y se enredaban entre ellas por la brisa produciendo
ese “FFFFFFFFFFHHHHH” de tormenta. “No, qué gonorrea… ¿Pero quién hijue’putas me
manda a mí? ¿Quién?”, me dije yo, mientras no pensaba sino en todas las chimbadas sobre el Demonio que nos pusimos a gritar al lado de la fogata.
Entonces, y pasada por ahí una hora con SEMEJANTE cuadro tan
espeluznante, sin poder dormir un culo y con el cuchillo en la mano, LO MÁS
GONORREA, sucedió...
“¡¡¡CRACK!!!”, crujió una SETENTA-TRIPLE-HIJUE’PUTA hoja por
detrás, a unos metros de la hamaca... “¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡NONONONONONONONO GRAN
HIJUE’PUTA, PERO QUÉ ES ESTO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!”, me gritaba yo
mentalmente, totalmente paralizado, y sin querer voltiarme a alumbrar… Ahí, yo
ya pensaba: “finalmente, has venido a manifestarte, BELSEBÚ, REY DEL MAL… El adorado
BEHEMOTH, BAAL, el señor DE LAS TINIEBLAS… El mismísimo PITITIS, concubino del
infierno; ¡¡¡¡¡AAAAVEEE REY SATÁN!!!!! ¡¡¡¡¡AVEEEEEE!!!! ¡¡¡¡TE ME HAS VENIDO A
MANIFESTAR!!!!!”.
Todo mi cuerpo se retractó y luego me quedé tieso como una hijue’puta
tostada… Yo pensé: “MARICA ¿¿¿¿¿SERÁ QUE ESTOY TAN PANIQUIADO QUE ME ESTOY IMAGINANDO
COSAS??????”…
Pero, a los 5 segundos: “¡¡¡¡¡¡¡CRAAAAACKKKK!!!!”, otra vez, ahí
cerquita… “¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡NOOOOOOOO GRAN HIJUE’PUTAAAAA NOOOOOO!!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡ME
VAN A CULIAR, ME VAN A CULIAR ME VAN A CULIAAAAAAR!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡VINO EL REY
DE LA OSCURIDAD POR MIIIIIII GRAN HIJUE’PUTAAAAAAA!!!!!!!”, ¡¡¡¡¡¡gritaba yo en
mi cabeza, encogido, tieso, petrificado, hecho una tostada o una tiesa y
crujiente patacona entre esa hamaca!!!!!
Y entonces, una sonora, hirviente y húmeda exhalación, ahí, en
toda la cabecera de la hamaca y a escasos centímetros de mi oreja, resopló: "BUUUFFFFHHHHHH"...
“ARRRRRRRRRRRRRRRRRGGGHHHHHHHHHHH GRAN HIJUE’PUTAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRGGGGGGGGHHHHHHHHHH HIJUE’PUTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAARRRRRRRRGGGGGHHHHHHHHHHHH AUXILIOOOOOOOOOO JUEPUTAAAA
AAAAARRRRGGGGHHHHHHHHH AAAAARRRRRGGGHHHHHH”, grité yo mientras salía disparado
de esa GRAN HIJUE’PUTA hamaca, llorando, sollozando, y en abierta carrera a
tirarme al agua de la represa… Parecía
una hijue’ puta “rascanigua”, de esa pólvora que prenden del culo y sale
disparada en zigzag y silvando como una gonorrea…
El Gringo y Yucumá casi que atravesaron esa carpa sin abrirla, de
semejante susto tan hijue’puta y pegaron carrera detrás de mí, CAGADOS,
ABSOLUTAMENTE CAGADOS DEL SUSTO… “¡¡¡¡¡¡MARICAAAAAA QUÉ PASOOOOOO
GUEVOOOOOON!!!!! ¡¡¡¡ESPEEEEEREEEEEE!!!! ¡¡¡¡ESPEEEEEREEEEEE!!!!”…
Con los pies entre el agua, y sollozando del susto TAN HIJUE’PUTA,
me detuve a esperarlos hasta que llegaron todos churrientos, literalmente
CAGADOS, DIARREICOS DEL PÁNICO. “¡¡¡¡MARICAAAA ENANOOOO QUÉ PASOOOOO!!!!!”, me
pregunta el Gringo; “¡¡¡¡¡UN HIJUE’PUTA DEMONIO SE ME APARECIÓ A LA CABECERA DE
LA HAMACA MARICA!!!!!!”… En esas, todos, desde la mierda y enloquecidos de
pánico, voltiamos a mirar hacia el ranchadero y dice Yucumá: “¿¿¿¿¿¿GRAN HIJUE’PUTAS…
USTEDES SABEN LO QUE HAY AHÍ??????????”. Y EL Gringo y yo: “¿QUÉ? ¿QUÉ MIERDA
ES?”… “¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡PUES UN SENCILLO Y MARICA CABALLO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!”…
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡PLOP!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Hombre ya estaba haciendo falta una buena historia de estas!!!! como siempre me reí barbaridades.
ResponderEliminarJjajajajajaj yo estuve en uno de estos viajes con cristian pero esta historia esta bestial jajsjs me rei demasiado homosexual jajja
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