#49: "Younes: el hombre del momento".

Lea bien la siguiente aclaración, mi querido lector, antes de continuar con esta lectura: NO ME GUSTA LA POLÍTICA, NI HABLO DE POLÍTICA, NI HAGO BALANCES DE POLÍTICA. ¿Claros ahí? Bien. Es usted muy amable. Bueno, a ver. Empecemos. 

El domingo 24 de febrero me encontré en La Nación, periódico del Huila, un artículo titulado “Younes: el hombre del momento” (Ver aquí artículo). Para mis lectores de todas partes del mundo y de habla hispana, Sergio Younes es ahora un exdiputado de la Asamblea Departamental del Huila, hoy en día reconocido en la región y, además, un pelado de mi generación –coincidí con él muchas veces en muchos sitios, y fue muy amigo de mi actual gallada–.

A continuación algunos apartes del texto.

“Había acordado con él no volver a escribir sobre su tarea política hasta cuando culminara su gestión (…) Para mí era indispensable, como su amigo y como ciudadano, comprobar que después de su paso por la Presidencia de la Corporación más importante del Huila (…) continuaría tan humilde, modesto, responsable, cortés y moderado como lo conocí”.

“Sergio Younes (…) es un funcionario y un ciudadano que asume con responsabilidad ejemplar sus deberes (…) Es patriota por excelencia, como debe serlo todo personaje público. Tiene el trabajo por oficio y la humildad por felicidad”.

“(Hay) Gente amable, carismática y paciente. Gente enérgica, elocuente y comprometida. Gente honorable, valerosa y de buenas maneras. Pero persona que además de reunir todas estas condiciones y otras más, tenga la de saber hacer sus cosas, sólo existe, en mi criterio, Sergio Younes Rincón”.

No conozco su gestión política; no sé si es buena o mala. La política no es lo mío, yo no hablo de lo que no sé. Pero ese “perfil” publicado en La Nación este domingo pasado, y escrito por Juan Camilo González Marroquín, es una completa mierda. ¿Por qué? por una razón muy simple: González y Younes, son amigos. Y que a un amigo le regalen una página en prensa para que diga que uno es el “hombre del momento”, pues no es ni periodístico, ni imparcial, ni ni mierda.


Entonces yo me pregunto: si esto era un “perfil”, ¿dónde está el personaje construido con testimonios de terceros? ¿Dónde están esos diferentes ángulos? –Hay dos citas sin identificar– ¿Dónde está, de hecho, la voz del mismo diputado? ¿El autor habló con él?

Acá lo que hay es un publirreportaje en verso sobre un político, escrito por un amigo suyo. ¡Qué desagradable dios mío! Imagine que usted abre la dominical de El Tiempo y se encuentra con un poema de un X-MEN sobre Gina Parody. ¿Ustedes de verdá creen que un periódico decente se preste pa’ eso? Porque queda claro que este no sirve ni pa’ marcarle el miadero al perro… Qué mierda.

Y a mí no es que me empute lo que piense el señor González Marroquín de su amigo. Él puede pensar lo que quiera –que el Doctor Younes es beato o es un ser lleno de luz–. Pero que un periódico ponga todo lo que él piensa en una página de una edición dominical, para que yo lo lea, pretendiendo que tiene algún valor informativo o noticioso, es una putada. Eh ave María.

Y si van a dejar que las amistades de los políticos hagan publirreportajes sobre ellos en la prensa a página completa, entonces que dejen a los enemigos hacer lo mismo ¿no? ¿O ahí sí no les suena la cosa? Qué ironía… Políticamente no hay cosa más polarizante en el fondo que todo esto que hizo La Nación –pero eso ya no es lo mío–. 

Una pequeña observación sobre el escrito: casi que no le sacan la lengua del culo al Doctor Younes con esa avalancha de adjetivos ¿no? De tanta lamida yo creo que al autor le quedó esa lengua más áspera que un cubio.

Bueno, aquí ya me despido. Ya saben por qué no me gusta la política. Y antes de que me pongan una bomba en el carro de esas que se prenden con girar la llave de ignición como en las películas, les digo: calma, normal… Los amo a todos… Acuérdense como se llama este humilde blog.