Cómo me ha asqueado
hasta el epidídimo tanta perogrullada estúpida de hinchas y no hinchas de
Millonarios frente a la goleada que les metieron en el Bernabéu. Yo no sé, la
verdá, a qué vergas aspiraban. ¿Ganarle al Real Madrid? ¿Qué no los golearan?
¿Qué Perlaza y Martínez se juntaran con Candelo para romper el medio campo de
Kaká, Callejón y Modric?
Coman mierda, de
verdad. El colombiano es que sí es patriotero ¿no? Sí que se da una moral la
hijo de puta, en serio.
Mis muñecos lindos,
todos. Yo los amo, mucho. Pero pónganse en contexto. Acá no hay ningún tema de
discusión, y si no hay uno, pues tampoco hay argumentos. No se desgasten. Estos
muchachos lo que iban a hacer allá era a aprender; allá no había partido, no
había pelea; excepto la de tiranosaurio con zarigüeya amarrá (parafraseando el
refrán).
Mourinho, pa’
empezar. El Midas del fútbol moderno. Y Kaká, o sea… Miren… es que de verdá; hasta
esta pequeña entrada de hoy es una perogrullada también. Por eso no me voy a
explayar en argumentos ni evaluaciones sobre el tema, porque es que es la
estulticia de lo obvio.
Lo único que sí no
es obvio es la pendejada que mantienen en este país de sentirse la putería.
Porque es que acá somos el mejor café, las mujeres más ricas de América,
tenemos el tercer mejor goleador de la actualidad, y por eso es que nadie puede
atreverse a decirnos ni mierda. Y esta derrota de un club nacional ha sido un
insulto, una vergüenza, una patada en las gónadas; mejor dicho, suicidémonos
todos. ¡Pffff! Idiotas.
Esta es nuestra
realidad, nuestro contexto. Tenemos cosas muy bonitas, deliciosas, bacanas.
Pero estudiemos el mundo y démonos cuenta que nos falta pelo pa’ moño. Ello nos
ayudará a no vivir de imaginarios falsos, y dejar de pensar que todo peruano,
venezolano, paraguayo y de ahí p’arriba y en medio, son unos pobres hijue’
putas (hasta el Real Madrí).
Está claro que el
bazuco de los colombianos, es la emoción: “¡Chún!”, un pase y: “¡es que yo te
amo mi Selección! ¡Vamos con toda pa’ Brasil Hijue’ puta!”. Y al otro día, tras
la derrota, pues el guayabo ¿no? El síndrome de abstinencia.
Y entonces, sin
probar ese “bazuco” en dos meses, ¿qué sucede? llega otro partido; somos la
verga, somos los putas; “¡yo te amo mi Selección!”. Eso el Gol Caracol se va
hasta la casa de James Rodríguez en Ibagué; entrevistan a la mamá, al papá, al
perro y hasta el putas. La “traba”, mis queridos, es con toda. ¿Y luego de la
derrota? Pasó el efecto, nos queremos suicidar todos, y en 4 meses volvemos y repetimos
el ciclo.
Entonces, siempre es
mejor vivir con los sesos en el hijue’ puta puesto. Vivir en contexto. Pensando,
evaluando… Entonces, pues nada, mis queridos; los amo, los quiero, síganme
leyendo así de juiciosos, y pues… No se me deliquen ¿no?
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