Qué día leí en El Espectador un artículo tenaz; sobre cómo una asquerosa calumnia en Facebook acabó con una clínica animal aquí en Bogotá. La pregunta es: ¿usted es de los pelotudos que se va matriculando a esa horda de causillas virtuales en Internet, así porque sí? Píllense este caso.
Resulta que Constanza Rueda llevaba un negociazo durante 10 años con su clínica para animales Anivet. En noviembre pasado una vieja llevó su perra Pitbull a una cirugía, y semanas después, a todos los controles.
Luego de dos meses en los que no volvió, la dueña de la perra llamó toda acontecida a la clínica a decirle a Constanza que a la perrita la habían tenido que sacrificar, no sin antes lanzarle toda clase de improperios como “asesina” y “mataperros”, y de (adivinen qué) meterse a Facebook a tirársele su reputación y su negocio.
Más de 500 personas viralizaron el mensaje e iniciaron el respectivo linchamiento virtual contra Constanza y su local. Lo cierto, mis amigos, es que la clínica de toda la vida de la señora, quebró.
Luego, resulta que el Consejo Nacional de Medicina Veterinaria y Zootecnia de Colombia metió la cucharada y sentenció que la operación que se le hizo a la perrita en la clínica de Constanza no fue la causa de la muerte del animal. Es decir, ya con la señora en la calle, no hicimos fue ni mierda ahí.
Cuidadito, cuidadito me atropella la siguiente reflexión:
¿Usted es así de bruto y le da like o copia como un loro las denuncias que por Facebook hacen los demás? ¿Para usted, Facebook es como una Contraloría, Procuraduría o Fiscalía y, en este caso, como un Consejo Nacional de Medicina Veterinaria y de Zootecnia que puede impartir justicia? ¿Qué podemos saber usted y yo sobre un homicidio, asesinato o violación, etc., detrás de un like?
Señores, por favor. Dejemos de linchar por computador y de pensar que, porque estamos detrás de uno, eso nos las sabemos todas. Reflexionemos que mucho de lo que hacemos aquí es, clarísimo, fatuta mierda.
Si usted está indignado, emputado o espeluznado porque le hicieron algo, denuncie y haga valer sus derechos aquí, en la tercera dimensión (Procuraduría, Contraloría, Superindustria y las demás), y deje de pensar que tomatear a un fulano en el mundo virtual es justicia en el mundo real.
Bien dicho lo de Héctor Abad la semana pasada en El Espectador: “Está bien que alguien opine que soy imbécil y para eso no voy a exigir un certificado médico. Pero para aceptar el calificativo de ‘sicario’ o de ‘secuestrador’ sí exijo antes una sentencia de un juez de la República”.
¡Hombre, qué vaina lo de esta señora ola!
uyyyyyy qué cátedra viejo Cris!
ResponderEliminarcomparto la mayoria de cosas que dice el autor.. la gente es muy salvaje y tiene en la internet una poderosa arma. hay que ser prudentes.
ResponderEliminarJHE
Si esos grupos son una perdida de tiempo, energía y consideran que tienen la razón y la ética y moral por sus manos al publicar y juzgar!! Digo no a esos grupos!! Me gustaría q nadie de mis amigos de Facebook me unieran a sus causas de odio o venganza contra los maquilladores, el que le hace las botas, etc
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